La afirmación de esta semana…
Reconocer mis fortalezas es esencial para vivir una vida consciente. Una de mis fortalezas es la paciencia.
Tener paciencia significa que les doy a otros el tiempo y espacio para que hagan lo que desean hacer.
Ejercitar la paciencia de manera consistente forja mi carácter e incrementa mi perseverancia y resistencia para situaciones futuras.
La paciencia es una virtud que he buscado desarrollar durante toda mi vida adulta. Ya que la vida parece empujarnos con fuerza hacia adelante con un sentido de urgencia, enfocarme en el desarrollo de la paciencia es importante para mí. Me cuido de no apurar a los demás. Y también veo el valor de ser paciente conmigo misma.
La vida me da muchas oportunidades para demostrar paciencia. Demuestro perseverancia y resistencia cuando trato a los demás día con día.
Si me siento tensa en una situación social, me digo a mí misma que debo respirar profundo. Después, me pregunto, “¿Cuál es mi meta en esta situación?” Se me recuerda la necesidad y virtud de demostrar paciencia en esos momentos.
Descubrir y cultivar mi paciencia es una gran aventura para mí. Abordo todas las situaciones retadoras como oportunidades para practicar esta habilidad. Comprendo que entre más “practico” la paciencia, mejor me vuelvo en ser paciente.
Hoy, decido re-dedicar mis esfuerzos hacia cultivar la paciencia. Planeo mostrar esta virtud a mí misma y a los que me rodean. Me siento satisfecha con mi capacidad para la paciencia.
Preguntas de auto-reflexión:
- ¿Demuestro regularmente la paciencia? Si no, ¿por qué no?
- ¿Hago mi mejor esfuerzo en ser paciente en cada oportunidad posible?
- ¿Cómo puedo asegurar que seré más paciente en el futuro?