De acuerdo a una cantidad cada vez mayor de investigaciones médicas, los errores enriquecen el aprendizaje si adoptas una mentalidad positiva sobre ellos. Lo mejor de todo son los pasos prácticos que puedes tomar para hacer que tus errores sean oportunidades.
Principios rectores para aprender de tus errores
- Reconoce que puedes mejorar. Es más probable que persistan las personas que entienden la inteligencia y las habilidades son moldeables. Tu desempeño mejora con práctica y esfuerzo.
- Acepta tus imperfecciones. La ansiedad puede interferir con tu habilidad para hacer lo mejor que puedas. Afírmate que está bien cometer algunos errores. Por ejemplo, tal vez eres excelente con la logística pero necesitas ir más despacio al intentar hacer un análisis financiero.
- Hazte responsable. Al mismo tiempo, te beneficiarás de tomar la responsabilidad de tus acciones. Analiza las acciones teniendo una visión sobre lo que puedes hacer mejor, en vez de preocuparte por condiciones externas que no estén bajo tu control.
- Establece metas realistas. Asegúrate que tus expectativas siempre sean razonables. Por lo general el progreso viene gradualmente. Si haces que tu primer proyecto de tejer sea simple, podrás ver que las puntadas se están alineando, en vez de malgastar horas en un suéter que tendrás que desarmar.
- Ponle un límite a tus riesgos. Es más fácil aprender de tus errores si no estás arriesgando tu salud o tus ahorros de toda la vida. Por ejemplo, no dejes tu trabajo mientras investigas ideas nuevas para iniciar un negocio.
- Habla contigo mismo de forma positiva. Si te han condicionado a sentirte mal acerca de los errores, date unas palabras energéticas. Recuerda las experiencias pasadas donde tus esfuerzos dieron resultados. Date crédito por luchar y dar lo mejor de ti.
- Ve el humor de tus errores. El humor es otro antídoto poderoso. Reírte de tus contratiempos reducirá el estrés y te ayudará a recuperarte más rápido. Puedes pasarla bien comiendo espagueti si olvidaste descongelar el pavo del día de acción de gracias.
- Halaga estratégicamente. Así estés hablando contigo mismo o con tus hijos, halaga el esfuerzo en vez de la inteligencia. Te anima a que te concentres en mejorar, en vez de probar que eres inteligente.
- Busca el consejo de otros. Si estás comenzando a ver un patrón en tus errores, podría ayudar el buscar ayuda y comentarios de otras personas. Por ejemplo, un entrenador personal o un amigo que tenga más experiencia haciendo ejercicios te podrían mostrar cómo evitar lesiones recurrentes al cambiar tu modo de andar.
- Aprecia el valor de una disculpa sincera. Por lo general los errores más dolorosos que cometemos son los que afectan a otras personas. La voluntad de ofrecer una disculpa sincera y dar una compensación adecuada ayuda a ambas partes a curarse y seguir con su vida.
Ejercicios específicos para aprender de los errores
- Asume retos difíciles. Aventurarte en áreas nuevas te da más oportunidades para aprender. Llega más lejos de tus fronteras normales. Si tu trabajo es relacionado a la contabilidad, ofrécete como voluntaria para ser guía turística en una atracción local.
- Haz suposiciones fundamentadas. Los estudios muestran que los estudiantes reciben más conocimiento y lo retienen por más tiempo cuando suponen la respuesta antes de investigarla. Haz una lluvia de ideas acerca de cómo resolverías un trabajo de reparación antes de consultar un libro.
- Pruébate. El probarte acerca de lo que sabes también ayuda a mejorar tu memoria. Cuando estás aprendiendo un idioma, haz ejercicios con el vocabulario y la gramática. Selecciona las preguntas que respondiste mal para que puedas estudiar y probarte otra vez.
Todos cometemos errores, así que aprovecha la oportunidad y haz que trabajen a tu favor. Al concentrarte en ser mejor en cualquier tarea, permanecerás motivado, sentirás menos ansiedad y aprenderás más.